19.01.2015 

El equipo que busca los restos de Miguel de Cervantes ha pasado el fin de semana en la cripta del convento de las Trinitarias. Esta primera incursión del grupo comandado por el georradarista Luis Avial y el forense Francisco Etxeberria se ha realizado, fundamentalmente, para acondicionar y limpiar el lugar. Después habrá que desenterrar y exhumar restos a ver si entre ellos está, como se supone, Miguel de Cervantes.

Si aparecen los restos del escritor, el Barrio de las Letras primero, y Madrid entera después, estarán de enhorabuena porque la capital se va convertir en centro de peregrinación turística de primer orden. O, al menos, eso es lo que pretende el Ayuntamiento que quiere poder hacer lo mismo que Stratford-Upon-Avon con William Shakespeare, nuestro principal competidor. Pero, además, de esta iniciativa saldrán beneficiados, como mínimo, Lope de Vega y Quevedo, que, uno con su casa abierta al público y otro con su espíritu en las esquina cercanas del barrio, tendrá un nuevo renacer de sus genios literarios. Creo que, incluso, los que hasta ahora han criticado esta iniciativa arqueológica van a dar su visto bueno.

La investigación, además, se debe hacer con rapidez porque los propios investigadores han dicho en diferentes ocasiones que pretendían hacer coincidir la localización de Cervantes con dos aniversarios muy importantes: el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote, en 2015, y los 400 años de su muerte, en 2016. Esto, otro además, quiere decir que el nuevo o nueva alcalde o alcaldesa de la ciudad tendrá el privilegio (casi con toda seguridad) de anunciar que Madrid ha encontrado a Cervantes. O, a lo mejor, si se dan mucha prisa, no. Y se convierte en la ya anunciada despedida de Ana Botella.

Luego habrá que montar un centro de interpretación y negociar con la Iglesia los rendimientos económicos que generen los huesos del gran Miguel de Cervantes en esa cripta que tiene unos cinco metros de profundidad y 70 metros cuadrados.

Los responsables de la búsqueda descansan  durante toda esta semana porque la cripta va a permanecer cerrada para que “repose el polvo levantado y no entre así en contacto con los restos óseos susceptibles de extraerse de alguna de la treintena de nichos de la cripta”, según han dicho a los medios. Me gustaría ver ese proceso ahora mismo. Los supuestos polvos levantados tras remover los esqueletos: polvo de Cervantes…

 Espero y deseo que alguien esté documentando todo esto en vídeo y fotografía. Aunque, la verdad, supongo que alguna productora ya habrá visto que esto es carne (perdón hueso) de Discovery.

Hasta treinta especialistas van a trabajar en esta intervención arqueológica que además ocupará a las disciplinas de la infografía y fotorradar, análisis antropológico de los restos y estudio de textiles. Hasta un famoso alpinista, Asier Izaguirre, colabora con el equipo. Así lo ha contado el propio forense Avial a la agencia Efe: "Izaguirre es un recurso humano más del proyecto: si necesitamos acceder a un espacio pequeño y confinado no me puedo meter yo, que soy una especie de pato, y él es pequeñito, está fibrado y es experto en entrar a recovecos inaccesibles". Su trabajo inicial será importante, descenderá a la cripta para introducir el cableado de una microcámara que permita observar los restos óseos allí depositados.

Todo esto continuará con una ya anunciada rueda de prensa, que se prevé multitudinaria, el viernes que viene en la que se explicará si en alguno de los nichos hay restos compatibles con los de alguien con las características del escritor. , en cuyo caso se sacarán de la iglesia para ser analizados.